SIGLOS XIX Y XX

El siglo XIX se inicia en Alcora con el paso de la Real Fábrica en manos de los duques de Híjar, familiares y herederos del último conde de Aranda, D.Pedro Pablo.

Después de unas décadas de cierta continuidad en la producción y numerosas convulsiones sociales (Revuelta de los Caracoles en 1801, Guerra de la Independencia en 1808 hasta 1814, Trienio Liberal en 1820-1823), la fábrica entra en cierta decadencia hasta que es arrendada ( 1851) y después comprada (1858) por los hermanos Matías y Ramón Girona, que generalizarán la estampación calcográfica, una técnica de decoración cerámica de carácter industrial, que permite el abaratamiento de los costes.

En l’aplicació de l’estampació calcogràfica, l’Alcora fou un centre pioner a Espanya. Coneguda des del segle XVIII a Anglaterra, aquesta tècnica decorativa arriba amb la contractació de Francesco Rolandi en 1819. El 10 de maig del mateix any, el duc d’Híjar sol·licita la patent per a la fabricació de pisa estampada a Espanya durant un període de 12 anys. Però l’abolició dels drets senyorials, durant el Trieni Liberal, deixarà aquesta sol·licitud sense resposta.

Malgrat tot, l’aplicació d’estampació sobre porcellana, pisa i terra de pipa es perllongarà a l’Alcora fins a les darreries del segle XIX, amb l’ajut puntual de tècnics estrangers procedents de Sant Petersburg, Staffordshire i Bristol.

La estampación compartió espacio con la producción de vajillas blancas o discretamente perfiladas y con series ornamentales heredadas del esplendoroso pasado.

En 1895 la Fábrica Grande (como era conocida entonces) pasa a manos de Cristóbal Aicart, su último propietario. Piezas como las Canterella en forma de concha o las botellas globulares con cuello de tulipán son las aportaciones de esta etapa en la historia de una manufactura que se mantuvo en activo más de 2 siglos.